Uso y abuso de las palabras

Propio de toda lengua viva es que vaya cambiando con el pasar del tiempo y con el uso que le dan quienes la hablan naturalmente, sin prestar atención a los cambios que introducen por descuido, ignorancia o ingenio.

Son infinidad las palabras maltratadas en tergiversaciones que desvirtúan su significado. 

Es el caso, por ejemplo, de la palabra "museo", tal vez una de las más abusadas por un uso incorrecto que le añade una designación que no tiene y que no tendría por qué haber adquirido.

De significar "la casa de las musas" en el griego de la Antigüedad hoy se la aplica no solo a los museos de Bellas Artes sino a cuanta colección de cachivaches amontonados en una casa vieja. 

No hay localidad, por insignificante que sea, que no anuncie su museo, es decir, su desván de objetos que ya nadie necesita. 

Como las mal llamadas "tiendas de antigüedades", los "museos" locales no son otra cosa que una acumulación descriteriada de objetos que a los ancestros se les olvidó tirar a la basura.