En viaje: notas del trayecto. Prólogo (para quien le interese)

Bajo este título de En viaje: notas del trayecto se pretende ir ofreciendo en diversas entregas de este blog una serie de observaciones hechas caprichosamente y un poco al azar en diversos viajes, largos y breves, en tierras tanto lejanas como alrededor de la esquina. 

La vida, después de todo, es un trayecto--dicen--y se está de viaje cada vez que se mueve uno por el mundo mirando alrededor con curiosidad y ganas de ver lo que, por descuido, no se ve todos los días.

Nada de nuevo hay en esto de tomar notas de viaje y compartirlas luego--farsantemente, al modo de Marco Polo--con otros viajeros y con algunos curiosos--y probablemente envidiosos--sedentarios.

No se reclama para estas notas, por lo tanto, otra originalidad que la del ojo observador ni se espera con ellas revelar otros secretos que los que el viajero descubre en sí mismo.

No se pretende al escribir estas Notas del trayecto nada más que imitar lo que merece imitarse y satisfacer a la vez, sin pretensiones vanidosas, el afán de contar tan propio de un pseudo-aventurero que se niega--por dárselas de independiente--a declararse turista, prefiriendo perderse la oportunidad de admirar la Gran Pirámide si no la descubre por sí mismo en sus vagancias ignorantes de toda sugerencia de guía alguno.

Deambular es aquí la definición del viaje.

Dicho esto se espera que el interés de los lectores los lleve a leer las próximas entradas de este blog--esporádicas y probablemente distantes unas de otras--que lleven la rúbrica Notas del trayecto.