Leyenda mal leída
La bella durmiente del bosque al fin y al cabo no es ni tan bella ni duerme. Está postrada de sobredosis y se tambalea entre la vida y la muerte.
Y el príncipe no es azul sino amoratado.
La bruja sigue tan bruja como siempre.
Del bosque no se hable. Se lo taló hace tiempo y ahora es un desgarrón de tierra roja y cardos donde ni las liebres sobreviven.
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