El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 9 de febrero de 2014

Grafitti Letrinae: Metáfora escatológica

(Advertencia: Al lector de sensibilidad delicada y buen gusto se le advierte que el siguiente texto puede ofenderlo, como ofenden con su vulgaridad los grafitti de las letrinas públicas del mundo.)

Cuando le viene al escritor el ataque de verborrea no tiene cómo detenerla: fluye el detritus a ramalazos de alivio. Cada palabra es un desaguar lo que atormenta, lo que a la tripa tiene retorcida. 

¿No es apta acaso la metáfora escatológica para designar con acierto la indigestión de la voz, la disenteria del discurso infectado, el rebalse del organismo estragado de palabras y palabras en siete lenguas de misterio, lenguas de basilisco y bífidos ofidios?


¿Qué quejidos son esos, estítico poeta?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Letrina es un lugar de inspiración, de refugio, de descanso, de meditación. Al igual que cualquier otro lugar público, las letrinas brindan chispazos de inspiración, de ingenio destilado por aquel momento de satisfacción instantánea y efímera, ya plasmados en alguna superficie, ya registrados en nuestro cerebro.

A continuación, y con el permiso de mi gran amigo Santiago, gustosamente comparto un poco de humor que ha rato recibí, de una conversación en el “baño” (para aquellos cuya susceptibilidad pudiera ser herida), que perfectamente encaja con el tema, a saber:

Estaba en un restaurante y mientras iba al baño, vi como otra persona tomaba el mismo camino que yo. Al entrar al baño, observé cómo ocupaba uno de los dos cubículos que eran de esos que no llegan hasta el techo. Yo, lógicamente, entré en el otro. De repente oigo que me dicen:

¡Hola!

Yo seguí callado, pero el tipo vuelve a decir:
¡Hola! ¿Me escuchas?

Yo, para no parecer maleducado, contesté:
¡Hola!

Y el tipo pregunta:
¿Cómo estás?

A lo que contesté:
¡Bién, gracias, un poco cansado!

Y el tipo dice:
¿Qué haces?

Yo ya estaba intrigado, pensé que siempre había gente muy rara en este mundo y contesté:
¿Y qué voy a estar haciendo? ¡Pues lo mismo que tú, mis necesidades!

De inmediato oigo:
¡Mi vida te llamo después porque tengo a un imbécil al lado que está contestando todas mis preguntas!

André