El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 16 de enero de 2011

Nuevas acciones, nuevos verbos

Bloguear, twitear y textear son verbos relativamente nuevos que nombran acciones inimaginables hace unos pocos años y hoy tan comunes y habituales como lo fueron en un tiempo caminar y conversar. 

Antes de que existieran las actuales formas de comunicación instantánea y ubicua que la tecnología más reciente facilita, se acudía, para comunicaciones inmediatas, al uso del teléfono y las sutilezas de la conversación. La palabra escrita, de comunicación más remota en espacio y tiempo, requería cierto cuidado y elaboración si se la quería efectiva. Y nada podía substituir el salir a encontrarse con otros, cara a cara, a conversar en vivo y en directo. 

No es que se haya perdido esta buena y santísima costumbre, pero es evidente que va cambiando de calidad y modo en la medida en que la comunicación por escrito en texteo, twiteo o blogueo (por acuñar, si ya no se lo ha hecho antes, tres sustantivos equivalentes a los verbos de moda) se ha vuelto una actividad inmediata y prácticamente continua, con mucho de sedentaria. 

Queda por ver qué efectos van a ir teniendo en los individuos y en la sociedad futura estas nuevas formas de estar en una casi constante comunicación escrita que necesariamente depende de la brevedad. 

Si alguna vez se pudo recomendar como estilísticamente preferible el texto escueto y directo, hoy se impone como el único posible. Qué ejercicio en concisión éste de escribir para la mínima e inestable pantalla, ya no de un computador portátil, sino de teléfonos cada vez más pequeños y versátiles. Bien mirado, puede este nuevo fenómeno comunicativo llevar a una agudeza verbal sólo alcanzable en el proceso exigente de un pensar igualmente agudo, sin ambigüedades ni retóricas. 

Sólo el tiempo dirá si ha de ser tal revolucionaria posibilidad comunicativa la que el mundo--nuestra gárrula humanidad--prefiera y adopte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La tecnología moderna ha permitido acciones comunicativas que antes eran parte de la ciencia ficción, pero que hoy son tan reales como la factura de la telefónica cobrando dinero caro por el texteo de palabras baratas.

La comunicación instantánea ha abreviado la comunicación personal a su denominador común más bajo. Ya no hay necesidad de pensar o formular lo que uno quiere decir. Simplemente, se escribe algo, con ortografía fonética abreviada y listo, se envía inmediatamente. Por otra parte, algo que es más fácil aún, es reenviar algo que se ha recibido y así el que reenvía el mensaje, siente que ha "escrito" algo o se ha mantenido "en contacto" con la persona recibiendo el reenvío.

Creo que ya se pueden comenzar a ver los efectos a los que te refieres: a diario vemos la carencia total de la ortografía, la gramática y el sintaxis. No me atrevo a adentrarme al tema de la escritura a mano alzada, ya que la gran mayoría de gente hoy en día tienen una letra que es tan deficiente que es mejor que sigan mandando textos por cualquier medio digital.

En resumidas cuentas, lo que pasa es que estamos presenciando un tremendo sacudón tecnológico que está repercutiendo en lo más recóndito de nuestras actividades habituales, tales como la comunicación y la escritura tradicionales y por ende, en algunos casos, habrá un poco de reticencia mientras nos acoplamos al ritmo del nuevo son.

Estamos con un pie en el pasado y el otro en el futuro: ¡qué privilegio el presenciar y participar en tan dramático y único evento que jamás volverá a ocurrir en la historia de la humanidad!

Por favor, envíame un correo electrónico con tus comentarios al respecto.

André

Santiago Daydi-Tolson dijo...

Como siempre, André, superas con tu comentario mi propia entrada. Haces bien y te lo agradezco; le das a este blog mayor valor.