Libro de Horas
Mi Libro de Horas se abre por la mañana con el ritual canino. El perro pide cariño y atención: viene a mi cama a que lo acaricie y se apresta luego a salir. No son las 7:00 de la mañana todavía. Me levanto y salimos a pasear. Estamos un rato afuera, él husmeando en busca de algo que roer y de noticias del barrio; yo, tratando de hacer del momento una experiencia grata. No tiene por qué serlo. La mañana está cálida y húmeda, pero luminosa y quieta. Al poco, volvemos a la rutina del interior climatizado. El Libro de Horas se deja a un lado hasta más tarde.
1 comentario:
Sería muy interesante saber cómo el perro cuenta el tiempo y su percepción de la salida matutina, ¿no?
André
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