El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 15 de agosto de 2010

Una humilde artesanía.

Compiten, en quienes llegamos al mundo de la cibernética ya entrados en edad, el escribir a mano y el hacerlo directamente al computador. Lo lógico y lo práctico sería dejar la pluma por el computador, si sólo por evitarse el trabajo y ahorrar el tiempo de la transcripción. Pero hay poco de lógica y menos de práctico en esto de escribir. Por eso el conflicto y la tendencia a optar siempre por la pluma y su lentitud en vez de aprovechar la rapidez y funcionalidad del aparato extraordinario que facilita tanto las cosas al tiempo de revisar y reescribir. La escritura se da en otro plano que el de lo práctico y lo expedito. Es un hábito mental que afecta a todo el cuerpo; se diría un ritual o un ejercicio metódico que no puede alterarse. La posición de la mano que sostiene la pluma, los movimientos de ésta al ir formando las palabras sobre el papel, el mismo ir apareciendo en éste la caligrafía de una voz que la dicta calladamante, el sonido de la plumilla, la textura del papel en blanco, la belleza de la libreta, son todos elementos imprescindibles de la escritura, formas del hábito, materia del oficio. Escribir es un oficio manual, una humilde artesanía.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Más bien tu descripción compite con una tórrida escena romántica en la que—irónicamente— los protagonistas principales son la pluma y el papel.

El mismo escritor funge como simple espectador de su propia escena que trazo a trazo linda riesgosamente con la concupiscencia y erotismo. En ella se develan renglón por renglón excitantes palabras que delineadas en tinta y salpicadas de estímulo son producto de su puño y letra.

Comparto plenamente aquel sentimiento casi lujurioso brindado por la caligrafía que mágicamente nace de la unión entre la superficie suave y receptiva del papel, y el contacto penetrante de la pluma, que al dejar sobre éste su hilo de tinta, crea imágenes y sentimientos insuperables. Hay que continuar practicando lo que tú tan acertadamente has llamado "una humilde artesanía".

Las que una vez fueron solo brisas de la artesanía en la comunicación escrita, se han convertido hoy en los vientos huracanados de la comunicación digital. La melodía creada por la caricia de la pluma contra el papel o pergamino, ha sido reemplazada por el ritmo monótono del teclado moderno de plástico.

Aquella "humilde artesanía" se ha convertido en un sofisticada operación binaria con asistencia de algoritmos. Ráfagas de los nuevos tiempos; tormentas de la tecnología.

No nos dejemos amilanar por ellas.

André

Santiago Daydi-Tolson dijo...

André, tu comentario hace del mío una simple sugerencia.