El artificio de la escritura / The artifice of writing


jueves, 20 de marzo de 2008

Un equinoccio de nuevo

Un día como hoy, decididamente primaveral, se enfrenta el escritor con el milenario llamado a cantar la emoción de vivir otro renacer del mundo, y de hacerlo de un modo algo diferente a como lo han hecho los otros que, como él, vivieron la misma experiencia en ciclos anteriores. He aquí la tearea de quien escribe: volver sobre lo mismo sin repetir lo ya dicho, repitiéndolo.

Buen ejercicio de humildad creativa el escribir unas páginas, unas líneas siquiera, sobre el esplendor de este día de marzo --el único y el mismo de siempre--en el hemisferio norte. Que en el del sur se estarán ocupando de otros climas no menos inspiradores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los indicios de primavera, siempre son interesantes en esta parte del hemisferio, dado a que uno nunca sabe cómo va a reaccionar el clima de un día para otro. Sin embargo, hoy, el primer día de primavera, fué un día precioso, con un clima envidiable, especialmente para mis familiares en la antigua Panonia, quienes en repetidas ocasiones, han tenido que palear nieve a éstas alturas del año. Sin embargo, aquí, los gorriones, carpinteros, palomas, cardenales y demás aves de turno en éstas latitudes sureñas, se deleitaron ésta tarde en el patio de mi casa, con una cena compuesta de una mezcla interesante de semillas y abundante agua fresca para calmar su sed y acicalarse para estar en fina forma para los próximos eventos sociales en cualquier rama de cualquier árbol. Hubiera jurado que el gorgeo incesante de éstos amigos emplumados, fué pronunciado en perfecto castellano, a modo de agradecimiento. ¡Me enorgullecí sobremanera, en poder haber participado en tan dichosa ocasión, y colaborar para tan importante evento! Feliz primavera y un afectuoso saludo para que todo nos salga lindo en el año.
André

blog escritores sat dijo...

Para mí, el olor de esos ramilletes de flores color púrpura colgando como racimos de uvas del árbol que conocemos como el Laurel de la montaña, es el símbolo de que ha llegado la primavera a San Antonio. Lo percibo aún antes de localizar el árbol. Cierro los ojos y no sé por qué razón mi espíritu se llena de alegría al percibir ese aroma.
Otro aspecto de la vida cotidiana del que disfruto cuando tengo oportunidad, y siempre me hace agradecer el regalo de la vida, es el poder observar los colores del amanecer. Me estremece ver el cielo teñido de tantos matices que ninguna otra paleta puede lograr, y disfrutar del canto de los pájaros que anuncian la llegada del sol como si fuera una fiesta. Me vienen a la mente los seres queridos que se han marchado, y siempre musito una pequeña oración por ellos, sintiendo pena de que ya no puedan disfrutar de tan lindo amanecer.
Berta