El artificio de la escritura / The artifice of writing


lunes, 17 de marzo de 2008

Motivos del Blog

Conversando el otro día con un buen amigo, experto en los medios de comunicación y un efectivo “bloguero” (acéptese el término en bien de la vitalidad lingüística de nuestro idioma), me hacía ver que para que un blog pueda alcanzar su objetivo de tener lectores y comentaristas necesita tratar de asuntos al día, referirse a otras formas de comunicación, tener nuevas entradas diarias y usar un lenguaje directo, limitándose a un tamaño más bien menor. De todas estas condiciones mi blog no parece cumplir ninguna, salvo la de la brevedad, sobre lo cual precisamente ya he escrito algo en el mismo.

Aunque admito que tiene razón mi experto amigo en lo que dice respecto al blog y a otra infinidad de asuntos relacionados con el internet y la escritura, que hemos discutido largo y tendido, en mi tozudez de representante de una edad anterior a las vanidades de la cibernética he decidido hacer de mi blog un instrumento apto a mis gustos y preferencias, aunque al hacerlo no esté más que lanzando mensajes al aire, como quien tira papeles picados al viento.

En mi blog no me preocupo mayormente de cuestiones al día, lo cual no niega que las pueda discutir si me viene en ganas. Me interesan otros asuntos que, de encontrar por casualidad algún internauta de parecida afición, pueden lleva a un grato intercambio de impresiones. En cuanto a la regularidad con que escribo en éste, ya se puede formar uno una idea al mirar las fechas de las diversas entradas que he llegado a incluir. No niego que me gustaría agregar nuevas entradas casi a diario, pero no veo la necesidad de hacerlo si no tengo nada de qué escribir.

Sobre el estilo de las entradas diré que me aferro a mi retórica algo añeja en comparación con la escritura que normalmente se prefiere en la internet. En cuanto al largo de los textos se refiere estoy de acuerdo con que deben ser de preferencia cortos porque la velocidad del mundo cibernético así lo recomienda. Da la casualidad de que me inclino por la brevedad en lo escrito y no me resulta para nada oneroso limitar mis palabras a las menos de 400 con que cuenta un texto como éste.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Santiago,
Me imagino lo que hubiera hecho alguien como Allen Ginsberg con un medio como este. Una cosa son las reglas de lo que es un blog como género y otra muy distinta es como cada quien usa esta herramienta que es el blog. Creo que Ginsberg, como tú, se hubiera divertido mucho con la infinidad de posibilidades.
Gabriel