Contarse el cuento
Refiriéndose a Roberto La Griva, protagonista de su novela L'Isola del Giorno Prima, escribe Umberto Eco que al inventar su personaje la historia de otro mundo, que existía sólo en su mente, se convirtió en dueño de ese mundo, sobre el que tenía absoluto control. Por otra parte, como lector de la historia que había creado él mismo podía participar de las emociones de sus personajes. Vienen estas observaciones en el capítulo 28 de la novela, el titulado "Del origen de las novelas". Algunos capítulos antes, en el 19, de título "Un nuevo viaje alrededor del mundo", Eco había escrito que "para sobrevivir uno tiene que contar cuentos". Me pregunto si no habría que leer esa oración como si dijera que "para sobrevivir uno tiene que contarse cuentos" y verla estrechamente relacionada con lo que se dice en el capítulo 28. No pretendo ponerme a disertar aquí sobre las ideas que Eco, complejo teórico de la lengua y la literatura, tenga respecto a la escritura. Me basta hacer referencia a estos dos segmentos mínimos de una novela enorme para sugerir un tema de elucubración que, a mi juicio, se relaciona íntimamente con este intrigante ejercicio de escribir un blog.
2 comentarios:
FELICIDADES POR TU NUEVO BLOG, SANTIAGO.
Un fuerte abrazo,
Gabriel
Estimado Santiago te felicito por el blog. Nunca antes había entendido a ciencia cierta lo que el "famoso" blog significaba. Después de leer tus comentarios en los que explicas que el blog es un tipo de bitácora me sentí atraída a ser parte de este viaje que tú ya has iniciado.
Primero quiero comentarte que efectivamente la carta es ese documento especial en el que volcamos todos nuestros sentimientos, inclusos los más íntimos, sin tapujos ni limitaciones pues generalmente las cartas van dirigidas a personas que queremos y en las cuales confiamos. Sabemos de antemano que el receptor no va a juzgar nuestra manera de escribir o la forma cursi o retorcida con la cual expresemos nuestras inquietudes. El blog tiene una gran ventaja, pues esta comprobado científicamente que cuando una persona se comunica con otra, pero no se encuentran frente a frente, las inhibiciones que esto produce desaparecen y en la red virtual la gente es capaz de decir lo que nunca diría en persona. Para mi las cartas entre Sartre y Bevouir son textos valiosísimos que revelan lo cotidiano, lo personal, pero sobretodo lo no editado. Estoy segura que siguiendo esa corriente te entretendría leer. La ceremonia del adiós en las que Simone entrevista a Sartre y se cuestionan mutuamente en un juego intelectualoide interesantísimo. Entrando en materia debo confesar que nunca o muy pocas veces he escrito una carta en la que realmente plasme mis opiniones o mi sentir. He optado más bien por seguir la formula de Hola, ¿Cómo estas? Todo bien por acá y tu. Dejando al otro u otra despepitar libremente. En eso me parezco a Sartre la inmortalidad a través de una carta bien o mal escrita me asusta. Además por muy apasionada que sea mi opinión puede cambiar en cualquier momento. Por esto mismo me dedico a escribir cuentos, ficción; que palabra tan maravillosa. En lo siguiente si difiero contigo y estoy completamente de acuerdo con Eco, para sobrevivir uno tiene que contar cuentos. Esa es mi historia y créeme sino me hubiera dedicado a contar cuentos en estos momentos seguramente me encontraría bajo tierra o en el cielo. Escoge tú. Me gustaría mucho que profundizaras en tu comentario y me dejaras saber en más detalle que hay detrás. Por mi parte nunca me he contado un cuento pues soy demasiado inteligente para tragarme mis propias alucinaciones. Y como podrás ver muy modesta.
Minerva
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