El artificio de la escritura / The artifice of writing


jueves, 21 de junio de 2007

Arte de marear

El Webster’s New Millenium Dictionary of English, que se encuentra en la red, incluye el término “blog”, como palabra originada en 1999 de la abreviación de “Weblog”, es decir de lo que en castellano podríamos describir como una bitácora electrónica. Y define “blog” como un diario electrónico, una bitácora personal cronológica publicada en una página de la red, llamada “Weblog”. La brevedad del término en inglés y las circunstancias en que se lo encuentra han hecho que se lo haya adoptado también en nuestra lengua, a pesar de lo evocadoras y vistosas que son las expresiones castellanas correspondientes: “bitácora electrónica”, “bitácora en la red” o una hipotética “bitacorred”, formada al modo de la lengua inglesa.

La imagen de la bitácora se relaciona principalmente con la navegación, con naves y viajes; con aventuras en mares y espacios interestelares desconocidos. Habla de un “arte de marear” que en nuestra imaginación despierta ensueños de expediciones, descubrimientos y fundaciones en un mundo de aventuras y fantasías que se remonta a los orígenes de la curiosidad humana y su afán de alcanzar ese horizonte que nunca deja de alejarse.

“Blog” no es, por lo mismo, mal término para referirse a la aventura personal de cada día, la que cada uno de nosotros vive como mejor puede.

Lo novedoso e intrigante de este nuevo método de dejar constancia del diario ir tirando individual es el carácter público, de amplia difusión, que el blog propone al hacer de la bitácora, escrita originalmente para futura referencia en un cuaderno relativamente privado, un documento publicado al momento mismo de escribirse.

Esta novedad, posible sólo gracias a la tecnología más reciente, y combinada con la proliferación de otras formas técnicas de comunicación personal, no deja de llamarme la atención por lo que tiene de sugerente respecto a nuestra condición humana y nuestras curiosas formas de comportamiento. Y en esto de sentirme intrigado por el blog y sus funciones no estoy solo, por cierto. O así lo espero.

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