Dilema del ocio
Se dice que leer es una ocupación indispensable. Un acto vital, se dice.
Y como tal se lo cumple, ávidamente.
Para algunos escribir es también un ejercicio imprescindible: un acto tan necesario como respirar a todo pulmón y mirar con los ojos bien abiertos, como cuando en la lectura se descifran los siempre misteriosos jeroglíficos de un texto.
Entre leer y escribir se disputan el tiempo disponible.
¿Cómo leer --¿en qué momento?-- todo lo que se presenta como lectura posible y deleitosa?
¿Cuándo leer todos los libros y revistas que se amontonan por los rincones y mesas, repisas, veladores de la casa; los que esperan en el kindle y en los recovecos infinitos de la infinita biblioteca virtual?
Y además: ¿Cómo transcribir todas las voces que a diario dictan, entrecruzadas, urgentes, lo que se habría de escribir.
El dilema es limitante: o se lee o se escribe o--al fin y al cabo--no se hace ni lo uni ni lo otro, sino nada, aunque--como muy bien se sabe--no hacer nada no es no hacer nada.
Lo imposible.
1 comentario:
to read or not to read, that is the question
Publicar un comentario