Otros momentos de la convalecencia
Una ley literaria que se remonta a los inicios del arte verbal dicta que todo texto poético--o por decirlo mejor, creativo--tiene por antecedente o inspiración un texto previo. La literatura no imita tanto a la vida como a la literatura. Todo himno viene del primer himno, todo verso del verso original y se cuenta, una y otra vez, la misma historia.
Así, el texto de la entrada anterior de este blog--"Convalecencia"--ha suscitado el siguiente texto que desde Madrid envía Roberto Godoy Arcaya como un eco a la distancia y el susurro de un tiempo de anteayer que la memoria insiste es casi ahora.
"Viajar en un tren a velocidad
vertiginosa, convaleciente y ensimismado, cruzando extensiones planas y
laberintos rocosos de montañas, me convoca un pensar hacia atrás y delante de mi
vida. Los ojos se me cierran y sólo se abren cuando en la ensoñación surge una
palabra inesperada que da un giro y sorprende el recuerdo o la esperanza.
Entonces miro el cielo y lo veo tormentoso, anunciando lluvias, las que mojan,
lavan y hacen brillar los campos y montes. No siento frío, estoy dentro del
tren cálido, pero así y todo me
estremezco ante el veloz camino que voy abandonando y el destino hacia
el cual me dirijo.
Recorro las salas de la
exposición de Edvard Munch en Madrid. De tanto contemplar sus cuadros, todos
los entornos aéreos y las construcciones que aprisionan a los sufrientes seres
pintados comienzan lentamente a dirigirse hacia mí hasta envolverme en un
repetido y propio clamor. Pendemos de los hilos de esa red de ámbitos, cielos
rojos o azules, habitaciones, calles que recorremos, paisajes que contemplamos
o mares que surcamos o nos bañamos. Quizás el estar cautivo en el espacio es lo
que hace posible el tiempo presente que va hacia adelante dejando lo de atrás como
ese viaje por tren entre mesetas y sierras.
Exposición de Munch en Madrid: http://www.museothyssen.org/en/thyssen/exposiciones proximas/119
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