El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 9 de noviembre de 2014

Fin de otoño

Poco a poco, tal vez demasiado lentamente, el otoño va cediendo en la tibieza de sus últimos días a lo que serán los días fríos del invierno que se aproxima. 

Las tardes--las largas cálidas tardes de hace unas semanas--se van haciendo imperceptiblemente más breves: el sol se inclina y alumbra con esplendor reprimido. El aire se mueve apenas con una brisa no muy fría todavía. El follaje ya reseco y ajado, cumplida su función, se va desprendiendo de los árboles todavía luminosos. 



Y todo esto porque con la regularidad de una ley inmemorial, por anterior al tiempo humano--el que se mide--el orbe inclina el eje en otro ciclo anual. 

Orbe atrapado, el nuestro, desde siempre y para siempre en el reloj exacto de las esferas. 

Joya diminuta en la maquinaria inmensurable de lo que existe.



La tarde del tardío otoño no podría ser más perfecta en este mínimo espacio de mi presencia. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

El claudicar repentino del otoño me hizo tiritar.

El barón