El artificio de la escritura / The artifice of writing


viernes, 25 de octubre de 2013

Un blog más de tantos

Como éste, son infinidad los blogs a que se puede acceder en la red. Y el número crece diariamente. Pero como éste no hay ningún otro. 

No es ni mejor ni peor que el peor o el mejor de los que uno pueda abrir al azar o encontrar después de ardua búsqueda en el aparentemente infinito universo digital. Es el único y no trata de ser otra cosa que sí mismo.
 
Surgió, como probablemente han surgido no pocos de los blogs--si no todos--, de un capricho personal y de la vana pretensión del natural y egocéntrico deseo de atención que alimenta tanta supuesta obra de arte y tanto perogrullismo filosófico. Difícil nos resulta a muchos substraernos del atractivo hechizo de la red que invita a promoverse, sin condiciones, a quienes ilusamente nos creemos en nuestra humana vanidad individual dignos de atención por ser quienes somos y por lo que sentimos, pensamos, escribimos y comunicamos. 
         
Sin mucho más que ofrecer que los personalísimos comentarios acerca de cualqiuier cosa, este blog se ha mantenido varios años, más o menos regularmente, sin pena ni gloria. Cuenta, por lo visto, con algunos seguidores y un asiduo lector y entusiasta comentarista que lo justifican. En facebook lo ha leído, como consta, más de alguno. 

No se espere nadie que yo deje de mantenerlo. No ahora, por lo menos.

San Antonio River Walk



2 comentarios:

Ramiro Rodríguez dijo...

Creo que el blog puede ser una herramienta útil para desarrollar la escritura, ya que las visitas -al menos las que hacen los amigos- nos motivan para mantenerlo actualizado.

Abrazo, Santiago.

Anónimo dijo...

Escribir para un blog es un acto muy privado que se convierte en uno muy público.

La soledad del momento quizás nos invita a inspirarnos en algo que vemos digno de plasmar en píxeles y al concluírlo simplemente apretar el botón para esparcirlo por doquier como sembrándolo a los cuatro vientos sin saber realmente que en donde va a terminar, qué efecto va a tener sobre aquellos que lo leen y cómo reaccionarán al contenido de sus palabras. Supongo que todo eso conlleva cierto elemento innegable de responsabilidad social.

Cada blog es análogo a una huella dactilar con las características únicas de su creador que ciertamente respalda lo que has dicho: “Pero como este no hay ninguno”.

Pesonalmente, cada aportación es una sorpresa que revive los sentimientos tempranos de un niño, la magia de lo nuevo y la anticipación del futuro. ¡Qué dicha y qué honor poder disfrutarla!

André