El artificio de la escritura / The artifice of writing


martes, 26 de marzo de 2013

Autorretrato de un islote



Me he encontrado en el desorden de mis papeles este dibujo que hice algunos años atrás cuando, al leer por enésima vez la tan abusada cita aquella--al menos en inglés--de que no hay hombre que sea una isla, me imaginé como un islote en el mar, la cabeza llena de árboles y vegetación rica en frutos y en confusión de luces y sombras, como todo bosque natural.

Islote es uno apenas, que no isla, pensé entonces, como lo pienso todavía ahora. Humildes islotes, me digo, que aparecemos y desaparecemos en el mar enorme, frágiles detalles de una geografía en la que apenas si tenemos una presencia momentánea.

Tal vez no entienda yo la famosa cita o la tergiverse a mi manera. Si acaso, aceptaría a lo más que se dijera que somos islas de un archipiélago confusamente populoso. Pero islas diminutas, peñones que, como en mi autorretrato del dibujo, apenas si sacamos la nariz por sobre el agua.

Nota: No dudo que más de alguno reconocerá en el dibujo el perfil de la costa viñamarina como era años atrás, antes del crecimiento urbano y la transformación de un paisaje demasiado delicado para sobrellevar sin sufrir daño el embate del abuso humano.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Técnicamente, somos islas —o islotes— pero tendemos a pensar que estamos "unidos" y que formamos un "continente", porque así no solamente suena mejor, sino que también es políticamente más correcto.

Nuestro amigo John Donne nos dijo eso de "No man is an island..."

André