El cristal de la mirada
Lo inasible define a la conciencia en su esencial limitación. Esto, dicho en términos negativos que responden a un modo de entender el mundo, a una lente diseñada así, como una lente que capta la realidad, que la describe, de un modo peculiar, no el único posible.
Un optimista lo habría puesto de otra manera. Porque, como lo dice la sabiduría popular, “todo depende del cristal con que se mira”.
Es un asunto de cristales—prismas, filtros, lentes, gotas de lluvia a contraluz en la ventana, lágrimas—esto de entender lo que se mira. El ojo observa, ve a su modo, e informa. El mundo no es el mismo, no puede serlo, para el ojo miope y lacrimoso que para el otro, aquilino e inyectado en indignada sangre.
La realidad se multiplica en el caleidoscopio de las múltiples miradas y no hay concierto posible sino en la casualidad de los reflejos que, como dados arrojados en la mesa, proponen una cifra—cualquiera-- tal vez indescifrable.
1 comentario:
A veces lo que vemos por los ojos es un falso conjuro. Tu aportación me trae a mente este fragmento, el cuarteto de un poema que una vez plasmé:
El cielo y la tierra unidos en elegancia
el uno es otro y el otro no lo es,
porque enseña un truco la distancia
que no todo lo que miras, es todo lo que ves.
André
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