El artificio de la escritura / The artifice of writing


lunes, 11 de febrero de 2013

Decision inesperada


La noticia de hoy, la que a infinidad de católicos ha sorpenido por lo inesperada y lo inaudita me hace recordar una reciente película italiana, Habemus Papam (2011) (www.youtube.com/watch?v=E7KqXzoKvfAque con no poco sentido del humor y buena capatación de la psicología humana, individual y colectiva, inventa la anécdota de un cardenal, que elegido papa por el resto de los cardenales, se escabulle del Vaticano por sentir que no tiene las condiciones ni la capacidad para desempeñar el cargo de Santo Padre, Patriarca de la Iglesia.

Piensa uno, y comprende, que el Papa actual, el verídico, el que ha servido de pontífice  estos últimos años, ha debido sentir, como el Papa de ficción, su humana limitación de anciano disminuído física y mentalmente por el paso incesante de los años y, contradiciendo la tradición, que le dicta morir en su condición de patriarca, ha decidido sabiamente dejar el cargo y, como tantos otros de avanzada edad, jubilarse y dar por cumplida su tarea. 

Como al rey que abdica, se lo criticará al Papa por romper una tradición de siglos que, invistiéndolo de la superioridad espiritual que concede la autoridad divina, lo vuelve superior a todos, infalible en cosas del espíritu. Al renunciar a su condición de figura extraordinaria, de representante de Cristo entre sus criaturas, de ser dotado de una santidad no común en los humanos, el Papa tal vez se  convierta para muchos en un transgresor, alguien que traiciona una causa espiritual al revolcar su símbolo más directo en el fango de lo puramente humano. 

Por otra parte, habría que admirar la humildad del que desde tan alto trono reconoce su debilidad e incompetencia de hombre de edad y opta por el bien de todos, y sin duda también por el suyo, y decide dejar, para que otro más apto lo empuñe, su báculo de Obispo de Roma. Al hacerlo abre las puertas a la expectante realidad de una tradición renovada.

Un gesto a veces basta.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Noble es el caudillo que reconoce que su fragilidad manifiesta un estorbo para el bien de aquellos que lidera y por ende abdica.

André