El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 2 de diciembre de 2012

Tarde inemorial


Poco a poco, tal vez demasiado lentamnte, el otoño va cediendo en la tibieza de sus últimos días a lo que serán los días fríos del invierno que se aproxima. Las tardes--las largas cálidas tardes de hace unos semanas--se van haciendo imperceptiblemente más breves: el sol se inclina y alumbra con esplendor reprimido. El aire se mueve apenas con una brisa no muy fría todavía. El follaje ya reseco y ajado, cumplida su función, se va desprendiendo de los árboles todavía luminosos. Y todo esto porque con la regularidad de una ley inmemorial, por anterior al tiempo, el orbe inclina el eje en otro ciclo anual, orbe atrapado desde siempre y para siempre en el reloj exacto de las esferas, joya diminuta en la maquinaria inmensurable de lo que existe.

La tarde del tardío otoño no puede ser más perfecta en este mínimo espacio de mi presencia. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mis árboles antes de oxidarse, dispersan sus copos dorados sobre mí, envolviéndome en ese torbellino creado por la misma brisa que transporta los aromas de alguna chimenea cuyo humo augura la llegada del otoño.

André