El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 9 de diciembre de 2012

Heródoto ante las pirámides


Escribe Herótoto que Kheops, a diferencia de su antecesor, llevó al pueblo egipcio a la más abyecta miseria y les oligó a todos sus súbditos a trabajar para él. Sólo la construcción de la pirámide destinada a su tumba tuvo un enorme costo humano.



El historiador griego, como todo vistante que se admira de la grandeza y perfección de las pirámides de Giza, no pudo no pensar en la desproporción inaceptable--entre el poder absoluto de 
un grupo dominante y la miserable esclavitud de la gran mayoría--que estos monumentos representan. 
Como tanta obra monumental del pasado, muchas del presente hablan también del triunfalismo prepotente de unos pocos que tienen la osadía y el descaro de abusar de la debilidad e impotencia de los más.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La historia se repite una y otra vez con la diferencia de que hoy en día no hay presupuesto para estructuras como las pirámides de piedra, sino más bien pirámides de dinero, estructuras que prometen a los súbditos incautos grandes ganancias, sin darse ellos cuenta de que solo faraones modernos se podrán enriquecer con esa perfecta geometría.

Entre los personajes más destacados de la era moderna, se destacan en particular el faraón Ponzi (1882-1949) quien para siempre eternizó una estructura económica conocida como “esquema” la cual sigue siendo muy popular en las altas esferas del averno financiero y se sigue practicando con mucha frecuencia.

El faraón Adolfo Hitler (1889-1945), cuyo legado nos dejó impresionantes pirámides compuestas de cadáveres humanos, intentó ser el “ario supremo” pero afortunadamente tuvo la lucidez de suicidarse antes de llevar a cabo sus locuras universales. Hoy ni tumba tiene, mucho menos pirámide.

Tampoco olvidemos al faraón Madoff (1938), quien intentó conseguir su fama y fortuna para el más allá, a cuestas de los acaudalados de más acá, pero los dioses de la ley y la justicia lo detuvieron en este mundo y lo embotellaron en una versión del canope moderno conocido como “prisión federal” para así poder deambular libremente dentro de su celda por el resto de la eternidad. Hoy sigue vivo y disfruta de su reencarnación.

Sí, los déspotas siguen vivitos y coleando hoy como siempre, No podemos cambiar la naturaleza humana y por ende siempre habrá oportunistas y dictadores con ínfulas de prepotencia y esa sed insaciable de subyugar al prójimo.

André

Anónimo dijo...

La historia se repite una y otra vez con la diferencia de que hoy en día no hay presupuesto para estructuras como las pirámides de piedra, sino más bien pirámides de dinero, estructuras que prometen a los súbditos incautos grandes ganancias, sin darse ellos cuenta de que solo faraones modernos se podrán enriquecer con esa perfecta geometría.

Entre los personajes más destacados de la era moderna, se destacan en particular el faraón Ponzi (1882-1949) quien para siempre eternizó una estructura económica conocida como “esquema” la cual sigue siendo muy popular en las altas esferas del averno financiero y se sigue practicando con mucha frecuencia.

El faraón Adolfo Hitler (1889-1945), cuyo legado nos dejó impresionantes pirámides compuestas de cadáveres humanos, intentó ser el “ario supremo” pero afortunadamente tuvo la lucidez de suicidarse antes de llevar a cabo sus locuras universales. Hoy ni tumba tiene, mucho menos pirámide.

Tampoco olvidemos al faraón Madoff (1938), quien intentó conseguir su fama y fortuna para el más allá, a cuestas de los acaudalados de más acá, pero los dioses de la ley y la justicia lo detuvieron en este mundo y lo embotellaron en una versión del canope moderno conocido como “prisión federal” para así poder deambular libremente dentro de su celda por el resto de la eternidad. Hoy sigue vivo y disfruta de su reencarnación.

Sí, los déspotas siguen vivitos y coleando hoy como siempre, No podemos cambiar la naturaleza humana y por ende siempre habrá oportunistas y dictadores con ínfulas de prepotencia y esa sed insaciable de subyugar al prójimo.

André

alondra dijo...

Su comentario,André, merece hoy una aclaración.
Hitler se suicidó, como todos los cobardes, después, no " antes de llevar a cabo sus locuras universales".
Hitler cometió la mayor matanza conocida en la historia de la humanidad, el hecho de que haya ocurrido geográficamente en varios paises de Europa y mayormente a un solo pueblo, no le quita universalidad al genocidio.

alondra dijo...

Su comentario,André, merece hoy una aclaración.
Hitler se suicidó, como todos los cobardes, después, no " antes de llevar a cabo sus locuras universales".
Hitler cometió la mayor matanza conocida en la historia de la humanidad, el hecho de que haya ocurrido geográficamente en varios paises de Europa y mayormente a un solo pueblo, no le quita universalidad al genocidio.

Anónimo dijo...
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