El artificio de la escritura / The artifice of writing


martes, 11 de diciembre de 2007

Fugacidad del silencio

Vuelvo a mi blog para escribir un nuevo texto y me soprendo al ver que han pasado varios días, más de los que daba por pasados, desde la última vez que añadí algo nuevo. Curiosa confusión del tiempo en el silencio. Pasan las horas y los días regularmente en relojes y calendarios, no así en la percepción de los que vamos en en su transcurso, viviendo. Cree uno que ha escrito un comentario hace un par de días atrás y en verdad lo ha hecho varias semanas antes. O sucede lo contrario: lo que se sintió y dijo ayer hoy parece olvidarse en un pasado remoto. Se diría que rara es la vez que estamos sincronizados con el tiempo oficial, el de las fechas importantes y el de las esperas y los plazos. Vamos siempre a destiempo entre el sentir y el hacer, entre la imaginación y el acto, entre el recuerdo y lo vivido. Al escribir, que es un ejercicio esencialmente temporal, sentimos como nunca la complejidad sorprendente del pasar del tiempo y del tejido de infinidad de momentos que nos conforman. Cada verbo que se escribe representa una temporalidad relacionada con otras y otras más todavía. Todo texto, escrito en la suma lineal de letra a letra, segundo a segundo hasta forjar las horas, es resultado de un sinfín de momentos entretejidos que en la palabra escrita, lo aparentemente estático, se fijan para la repetición de las múltiples lecturas que, a su vez, en tiempos diferentes, son otro fenómeno intrínsecamente temporal, otro tira y afloja de pasado y presente, futuro y no sé qué tiempo inexpresable de lo inmediato y lo fugaz.

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