De un diario extraviado

Sin duda, quien escribió en su diario las líneas que siguen debió dedicar--como lo confirmarían las muchas páginas de esta libreta extraviada y lo completamente cubiertas de minúscula caligrafía como lo están--innumerables horas pluma en mano y la mente en el mundo infinito del idioma, que pareciera contenerlo todo.

"He escrito--escribe--desde el momento en que tuve los medios para hacerlo: la lengua y el lapicero de palo de la clase de caligrafía. Muros, playas, cuadernos y papeles, los tuve de sobra.

Desde un comienzo opté—no me quedaba otra alternativa—por la palabra sobre la acción. Me tocó en suerte una de las caras de la moneda; la otra apenas si le he visto de pasada y nada a gusto una que otra vez.

Esto ha sido mi vida--a lo mejor incompleta--: escribir contra verso y marea.

Siento ahora, después de tanto, que las palabras no bastan. En muchos casos sobran"

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