El artificio de la escritura / The artifice of writing


sábado, 2 de noviembre de 2013

La casa

La casa, el lugar donde se viven los momentos más íntimos del sueño y el ensueño, tiene una importancia evidente al nivel vital y emotivo.

     El rincón predilecto se remonta como necesidad a un pasado evolutivo cuando el escondite de la madriguera era el único lugar seguro donde estar protegido del peligro de los otros animales.

     Ya la gestación intrauterina es un antecedente del rincón seguro, del cuerpo protegido por el cuerpo--residencia--protector.

     La guarida, la casa, es otro cuerpo en el que se habita en seguridad: el cuerpo materno que se hace matriz en el nido de la cama, el íntimo lugar del sueño acurrucado entre las sábanas. Toda casa, por lo mismo, engendra una energía emotiva vital, un deseo filial de poseer y ser poseído.


     ¿Qué puede llevar a algunos a huir de la propia casa y abandonar el enredo reconfortante de las sábanas, el apoyo de la almohada?

     Afuera cantan los pájaros. Otros picotean entre la maleza, comen. Lo hacen--cantan y comen--porque están vivos y son libres. Ya en la noche encontrarán la rama en qué posarse a dormir.

     Nada más importa.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Supongo que uno de muchos motivos por abandonar la casa es porque dentro de ella no hay un hogar.

Los términos “casa” y “hogar” son intercambiados cuando verdaderamente no deberían de serlo.

Una casa es simplemente una estructura compuesta de muchos materiales inertes, mientras que un hogar tiene calor, tiene pulso, tiene corazón y por ende está vivo.

André