El recuerdo en sí, es una imágen virtual que ocurre y es almacenada en nuestro cerebro, no obstante, cabe admitir que la fuente de esa imágen alguna vez provino de la realidad.
Un comentario poemático sobre las diferencias entre realidad y recuerdo...
I
Rescoldos, residuos y no el indefectible y siempre palpitante polvo de amor más allá de la muerte; polvo enamorado no, desechos funerales de meticulosa pequeñez, apagada brasa en los altares del sueño, mitologías antiguas, urnas que nada contuvieron,
nada nuevo.
Mas, si olvidada de ti, me cierras los ojos o me abrazas o me besas, una misma savia vuelta a la vida, un recuerdo allí suspendido, te salva, derribado dios, de la pira del presente.
II
Vaivenes de nosotros mismos, ires y venires del aire que hacia atrás y hacia delante se hacía: variaba su curso, el viento viraba su aire en variaciones de ti mismo.
De la trama que las caricias y los besos forjaron ilusos resta exacto, puro, indestructible un recuerdo certero que espejea en los párpados, si los cierro: la oscura posesión de nuestros cuerpos que oficiaba el milagro de la luz en la claridad del día.
Olga, no había leído tu hermoso poema porque estaba desconectado de la red. Hoy vuelvo a ser miembro de esta realidad virtual en que nos hemos encontrado. Enorabuena.
3 comentarios:
El recuerdo en sí, es una imágen virtual que ocurre y es almacenada en nuestro cerebro, no obstante, cabe admitir que la fuente de esa imágen alguna vez provino de la realidad.
Andrés
Un comentario poemático sobre las diferencias entre realidad y recuerdo...
I
Rescoldos, residuos
y no el indefectible y siempre palpitante
polvo de amor más allá de la muerte;
polvo enamorado no, desechos
funerales de meticulosa pequeñez,
apagada brasa en los altares del sueño,
mitologías antiguas, urnas que nada contuvieron,
nada nuevo.
Mas, si olvidada de ti, me cierras los ojos
o me abrazas o me besas,
una misma savia vuelta a la vida,
un recuerdo allí suspendido,
te salva, derribado dios,
de la pira del presente.
II
Vaivenes de nosotros mismos,
ires y venires del aire
que hacia atrás y hacia delante
se hacía: variaba su curso,
el viento viraba su aire en variaciones de ti mismo.
De la trama que las caricias y los besos
forjaron ilusos
resta exacto, puro, indestructible
un recuerdo certero
que espejea en los párpados, si los cierro:
la oscura posesión de nuestros cuerpos
que oficiaba el milagro de la luz
en la claridad del día.
Olga Guadalupe
Olga, no había leído tu hermoso poema porque estaba desconectado de la red. Hoy vuelvo a ser miembro de esta realidad virtual en que nos hemos encontrado. Enorabuena.
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