Viajero de barrio: los olvidos
Al caminar por las mañanas---no tan temprano como debiera hacerlo---se le van ocurriendo infinidad de asuntos que, como le sucede con los sueños al despertar, al quererlos anotar una vez sentado, pluma en mano a la mesa del café habitual, se esfuman de la memoria como el humo aromático de las hogueras de hojas secas de hace tanto o como la bandada de vencejos que se dispersan en vuelo por el cielo encendido del pasado.
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