Retrato
En verdad nunca tomó una decisión en su vida: las cosas se le fueron dando naturalmente. Una circunstancia fue llevando a la otra y cuando menos lo pensó ya estaba todo cumplido.
Asi fue como se pudo sentar, ya satisfecha, ante el espejo y seguir peinando, cansadamente---poco a poco---, su cabello encanecido.
Era lo último que le quedaba por hacer.
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