Del fango al fango: una alegoría
Camino es la vida, dice la antigua alegoría del homo viator quien, como peregrino penitente, avanza hacia los portales soberbios de la muerte y a lo que teme le espera tras ellos.
Visión patética de la vida como una dura prueba.
Deambular sin rumbo ni objetivo fatal es otra forma, menos fantasiosa y oscura, de concebir la caminata incierta e intrascendente de los días.
Más de alguno en este deambular se ha de topar ---desafortunadamente--- con parajes en que el terreno firme y las lajas del sendero ceden ante las aguas estancadas, opacas y espesas, de la extensa ciénaga del mundo y, antes de advertir el peligro, hunde el paso en el limo denso del fondo oscuro, invisible del que vino y al que vuelve.
Toda imagen del camino --transcurso-- es turbador, aunque ofrezca paisajes de esplendor y cielos admirables.
1 comentario:
Vengo de substack, buena entrada
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