El artificio de la escritura / The artifice of writing


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ocio y negocio

El etimólogo explica que "[P]ara los romanos, menos dados al ocio fecundo que los griegos, negotium significaba 'ocupación, quehacer, trabajo' y que formaron esta palabra, con la contracción del adverbio negativo nec y el sustantivo otium, que significa 'ocio', 'descanso', 'recreación'." Si se recuerda que para los griegos el  pensar y el estudio de la filosofía eran un "ocio digno", y que, como añade el etimólogo, "los latinos llamaban otium no sólo a la recreación, sino también al tiempo dedicado a las artes" --por ejemplo "el otium litteratum era el tiempo libre que dedicaban a las letras"--, todo negocio, o negación del ocio, se siente como una actividad indigna, un quehacer práctico, contrario a la educación del espíritu. Esta diferencia entre "ocio" y "negocio", que en nuestros días se sentirá como elitista y pretenciosa, no deja de afectar a la concepción que una edad moderna de marcado pragmatismo materialista tiene del  pensar filosófico, las artes y las letras.  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El ocio es tiempo que se vuelve sagrado en el momento que termina la faena que lo precede.

El ocio con su enigmática cualidad metamorfósica, se convierte en merecida utopía, permitiendo el lujo de la reflexión y la tranquilidad interna tras alguna labor u ocupación obligatoria.

El ocio es el gran motivador e íntimo amigo del sábado, domingo y días feriados.

Lo irónico del ocio es que sin su relación simbiótica con el negocio, no tendría el mismo valor.

Por último, cabe mencionar que el exceso de ocio causa ociosidad, un monstruo completamente distinto que siempre ha deambulado libremente por doquier a través del globo terráqueo.

André

YO ely2k dijo...

Cuando se vive de un negocio, uno no se puede permitir el ocio. La esclavitud de los "bills" te obliga. Lo que pasa que en un negocio eres "libre", sin jefes aunque sea sin Domingos o dias festivos. El individuo.

thiercito dijo...

Negocio es negar a ser empleado y sacrificar el sagrado tiempo.