El artificio de la escritura / The artifice of writing


domingo, 7 de febrero de 2010

Garabatear ::::: Doodling

Como el niño que descubre maravillado la línea que la crayola marca en la pared hasta ese instante en blanco--o de un mate gris perla o un verde agua--y no puede ya dejar de rayarlo todo, así los mayores que sufren la tortura de largas reuniones e interminables peroratas se entretienen, fascinados de su magia, con las líneas que el lápiz ocioso en la mano dibuja en el papel dispuesto a las notas que se esperó tomar y no hay quien tome. La mano que se aburre, actúa por si sola: el garabato se va desarrollando solo, como un signo secreto, indescifrable, de lo inane: ojo de la cerradura de un portón que ha de abrirse a lo otro, a lo que se ha querido siempre sin saber bien en qué consiste. La línea del garabato, la marca del lápiz en el papel, va cerrando el símbolo espontáneo de lo que no se sabe pero se imagina y se desea. Garabato de la impaciencia controlada, línea del nervio enroscado sobre sí mismo, cola enredada del dragón: figura caprichosa del hastío que se sobrelleva apenas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, es interesante el garabateo.

Para mí es casi como una especie de reflejo condicionado que se inicia tan pronto comienzo a hablar por teléfono. Entre más progresa la conversación y a medida que me adentro en ella, más complejo resulta el diseño, el cuál finalmente, cobra apariencia de jeroglífico urbano contemporáneo con sobretonos de arte sicodélico y un cierto aire a caos gráfico organizado.

Irónicamente y en mi caso particular, lo cómico resulta en que pueden pasar varias semanas, y si aún conservo el papel sobre el cual tracé todos esos garabatos, al mirarlo de nuevo, me acuerdo con increíble fidelidad de la conversación que tomó lugar mientras garabateaba. Parecer servir de elemento nemotécnico que ayuda a rememorar la conversación, pero felizmente, solo si era interesante.

André

Anónimo dijo...

Curiosa forma de recordar. Lo cierto es que el garabateo tiene algo de intrigante por lo espontáneo y lo irreprimible. Es imposible no garabatear cuando, como bien lo dices, uno está hablando por teléfono. A ver si algún día pones algunos de tus garabatos en el blog.

Eva sin paraíso dijo...

Hola Santiago.

Un saludo enorme desde Tamaulipas. Recordante a tí y tus amigos de S.A.
que las puertas de nuestro corazón/palabra está siempre abierto.

Aquí la liga de nuestro encuentro: http://lossantosdiasdelapoesiaencuentro.blogspot.com/

que espera este año tenerlos entre nosotros.

Y ya de paso, te recomiendo EL garabato de Orlando González Esteva.

Saludos

cELESTE aLBA iRIS