La perfecta brevedad
Cuando escribo una estrada para mi blog la proyecto como un texto de tamaño limitado, como debe ser un escrito que se pueda leer casi a la pasada. Me lo dicta, precisamente, el paso ágil e impaciente de este ámbito nuevo –o relativamente nuevo—de la red universal y su infinita multiplicidad.
En el pestañeo nervioso de la pantalla caprichosa no hay tiempo para el pausado escribir apropiado a otros medios. Somos protagonistas de la era de lo inmediato y lo instantáneo. Nos debemos a la rapidez. Nuestro instrumento predilecto es el cronómetro y su pulsar urgente, sus alarmas.
Propongo, por eso, el texto breve y bien trabajado, labrado casi como un filigrana, por evitar lo dicho a la diabla en la impuesta fugacidad.
A mayor urgencia y premura mayor cuidado se ha de poner en la forma y su capacidad expresiva en la síntesis bien conseguida. Se equivoca quien piensa que la rapidez significa apuro, improvisación y un decir de pacotilla.
1 comentario:
"A maximis ad minima" De lo máximo a lo mínimo...
¡De acuerdo!
Publicar un comentario